CASA AA. Parets del Vallès (2003)

Los clientes tenían peticiones muy concretas, ampliar el programa de su vivienda, con dos condicionantes de diseño: la escalera no debería parecer una escalera y se tenía que ubicar un pequeño estanque. El proyecto partió del diseño de estos dos elementos para desarrollar el nuevo programa.

Muchos años conviviendo y dos hijos mayores pero que todavía estaban en casa, hacían que supieran perfectamente como querían vivir, aunque desconocieran como se tenía que formalizar el espacio para conseguirlo.

Tras la petición del estanque se esconde el deseo de tener un jardín personal que albergara una colección de piedras y que fuera lugar de reposo. La casa ocupa la mínima superficie de parcela, y se crea un porche de transición entre el jardín y la casa. El estanque se ha diseñado de manera que, a través de la antigua puerta de entrada a la casa, proyecte destellos de luz hacia el interior de la vivienda.

La escalera de un solo tramo se divide en dos partes, una parte más visible y ligera construida a través del plegado de una madera de iroko y una parte maciza entre muros. Se buscó que la escalera participara en diversos espacios de la casa. El arranque se formaliza como una estantería, el desembarco se convierte en un escritorio del pequeño estudio de la planta primera y en su desarrollo permite la iluminación del baño.

El resto del programa es sencillo, pero se adapta con pequeños guiños a cada uno de los cuatro miembros de la familia. Ángela está contenta con su estanque, Antonio con el espacio cocina-salón, los chicos con sus espacios privados y las vistas sobre los campos desde el estudio. Me gusta saber que mis clientes siguen contentos en casa.